miércoles, 5 de septiembre de 2012

La Virgen del Socorro



La Virgen del Socorro



Por LUIS MANUEL ESPINOSA 

Sincé se prepara a celebrar sus fiestas patronales en honor de la Virgen del Socorro. En realidad, se trata de la conmemoración del  nacimiento de la Virgen María, a cuya protección se encomendó Sincé, desde los tiempos de su fundación, cuando fue amenazado por una horda de facinerosos que intentó tomarse la población en un mes de septiembre por allá en los albores del siglo XIX, surgiendo así un pasaje al que se denominó la Leyenda de Los Colorados.
Según cuenta el famoso educador sinceano Pedro Espinosa Mesa, Sincé se vio ante la inminente invasión de una turba de facinerosos que pretendía asaltar la población. Cuando la noticia llegó a conocimiento de sus habitantes, sus pobladores se aprestaron a la defensa y para ello dispusieron apostar en la cercanías del arroyo de los Sinceses, un vigía que avisara cuando se acercara la tropa. Ocurrió entonces que una mañana cuando los atacantes se aproximaban al sitio del arroyo, de repente irrumpió una corriente de agua que se precipitó copiosamente por el lecho del riachuelo,  inundando toda la zona. El caudal de agua impidió que los atacantes pudieran vadear el arroyo, obligándolos a echar marcha atrás. El vigía de inmediato  puso en aviso la población alerta y una vez que aquellos se retiraron del lugar, vieron como por encima de las aguas deambulaba una joven mujer que identificaron como la Virgen del Socorro.
El cura del poblado, cuyo establecimiento formal ya había hecho don Antonio de la Torre y Miranda, convocó a todos los pobladores a la plaza con el fin de informarles el milagro acontecido, que de inmediato atribuyó a la Virgen María, a la que en adelante llamaron del Socorro. De ahí partió una tradición que conmemora el suceso todos los años, mediante la organización de unos festejos que comienzan el 30 de agosto y culminan el 8 de septiembre, día de la Natividad de María, que en Sincé se celebran bajo la advocación de la Virgen del Socorro.
Generalmente los españoles, y particularmente los sacerdotes católicos, montaban con base en alguna antigua divinidad indígena la adoración a la Virgen María. Y como hasta donde se sabe en el sitio Sincel, como así se denominaba en  principio el asentamiento Cenú, gobernado por el cacique Sincé, no existía una divinidad semejante, ni tampoco  un centro religioso, como en la Villa de Tacasuán,  se infiere que la entronización de la Virgen no fue difícil, dado el  acendrado respeto que por la mujer imponían las costumbres indígenas, máxime cuando por su mediación se cumplía la sucesión entre gobernantes. Para que una tradición de tanta trascendencia social arraigara en todo el grupo humano integrado por los sinceses, fue preciso también que además de la devoción suscitada mediaran unas circunstancias culturales que propiciaran esta convicción, la cual habría de generar la más grande religiosidad en las Sabanas.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Aquí vivió el Nobel GARCIA MARQUEZ.


Casa donde vivió García Márquez en Sincé


“…Siempre he relacionado la guerra del Perú con la decadencia de Cataca, pues una vez proclamada la paz mi padre se extravió en un laberinto de incertidumbres que termino por fin con el traslado de la familia a su pueblo natal de Sincé. Para Luis Enrique y yo, que lo acompañamos en su viaje de exploración, fue en realidad una nueva escuela de vida, con una cultura tan diferente de la nuestra que parecían ser de dos planetas distintos. Desde el día siguiente de la llegada nos llevaron a las huertas vecinas y allí aprendimos a montar en burro, a ordeñar vacas, a capar terneros, a armar trampas de codornices, a pescar con anzuelo y a entender por que los perros se quedaban enganchados con sus hembras. Luis Enrique iba siempre muy por delante de mí en el descubrimiento del mundo que Mina nos mantuvo vedado, y del cual la abuela Argemira nos hablaba en Sincé sin la menor malicia. Tantos tíos y tías, tantos primos de colores distintos, tantos parientes de apellidos raros hablando en jergas tan diversas nos transmitían al principio más confusión que novedad, hasta que lo entendimos como otro modo de querer.”  

VIVIR PARA CONTARLA