miércoles, 14 de septiembre de 2011

Las fiestas del Socorro


Las fiestas del Socorro











Por LUIS MANUEL ESPINOSA

Con la leyenda de los colorados comienza una tradición festiva que tiene lugar con ocasión de un supuesto ataque que se perpetraba a la población de San Luis de Sincé, por allá en los albores del siglo XIX. Cuenta el historiador Lorenzo Ulloa González que, recién fundado Sincé, llegó el rumor que una turba de facinerosos que merodeaba por las inmediaciones y a la cual llamaban Los Colorados, llegaría hasta el poblamiento con el propósito de robar y matar. Las gentes se reunieron en la plaza y elevaron sus plegarias al cielo con miras a impetrar la ayuda de Dios. Al tiempo que se preparaban para el ataque, apostaron en las cercanías algunos vigías para que avisaran cuando esos desalmados se aproximaran al poblado. Aconteció que cuando aquella tropa se acercaba al pueblo, no obstante ser un día muy caluroso y soleado, de repente el arroyo de Sincé se estremeció de improviso desbordándose al instante un caudal de aguas nunca visto, que obligó a Los Colorados a retroceder vertiginosamente. Los vigías corrieron a contar lo sucedido y dijeron que habían visto una mujer que se paseaba con sencillez y que desprendía un haz de resplandor que iluminaba su leve paso. Los habitantes entusiasmados proclamaron que había ocurrido un milagro, que Dios había enviado la virgen a salvarlos y desde entonces le llamaron la Virgen del Socorro.

Luis Díaz Gómez, autor de la obra, "Historia y Comunicaciones en el Departamento de Sucre", decía que los tales colorados no eran otros que los soldados del general Morillo, que se habían adentrado hasta las Sabanas, en persecución del héroe y mártir de la independencia Martín Amador, oriundo de Corozal, quien en asocio de uno de los líderes de la independencia, el también mártir José María García de Toledo, de quien se decía era nativo de Caimito, jefe de la elites cartageneras, habría de tratar de abastecer por tierra a Cartagena. Y como ocurriera que el cura párroco de esa plaza fuerte, como así se catalogaba a Corozal, era partidario de la lucha independentista, puesto que además de los ya mencionados, el corozalero Ignacio Muñoz Jaraba, más conocido como el Tuerto Muñoz, era el proclamador de la independencia absoluta de Cartagena, se tenía que los vecinos de las Sabanas de Corozal resultaban altamente sospechosos de rebeldía, por lo que se ordenó que al cura de Corozal lo investigara el de Sincé, y como este se negara, se procedió a su apresamiento por parte de las tropas del Pacificador.

Cualquiera de las dos versiones es suficiente para aceptar que hubo un hecho que originó un mito, que hoy se celebra como un acontecimiento religioso, que no solo congrega a los sinceanos en torno de la Virgen del Socorro, sino a muchos sabaneros y costeños que acuden cada 8 de septiembre a rendirle culto a la virgen niña. Las fiestas del Socorro, así denominadas, afirma el padre Adalberto Sierra Severiche, generan además un sentido de pertenencia como ninguna otra festividad.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Apoteosis Mariana en Sincé Sucre



Este municipio además de ser reconocido a nivel nacional e internacional como el más próspero del departamento de Sucre, también lo es por las famosas fiestas patronales en honor a la Virgen del Socorro.


Sincé. Este municipio además de ser reconocido a nivel nacional e internacional como el más próspero del departamento de Sucre, también lo es por las famosas fiestas patronales en honor a la Virgen del Socorro.

Es la fiesta religiosa de mayor concurrencia en Sucre a la que miles de sinceanos y foráneos se dan cita aquí cada año para celebrarla.

El fervor de los residentes de este municipio es tal que han llegado a considerar esta fiesta Mariana como la más grande de Colombia.

Por eso ayer a las 4:00 a.m., en medio de una pertinaz llovizna, los devotos de la Virgen dieron incio a los festejos. El mal estado del tiempo no fue impedimento para que cientos de motos, carros y tractores recorrieran las calles de la localidad agitando banderas y dándole vivas a la Virgen en medio de música.

Posteriormente a las 5:00 a.m. tuvo lugar la celebración de la eucaristía donde la iglesia quedó pequeña para la cantidad de feligreses que llegaron a brindarle su amor y devoción a la imagen. A las 11:00 se cumplió la misa solemne presidida por el obispo Nel Beltrán Santamaria y concelebrada con sacerdotes de la Diócesis y misioneros invitados.

Sinceano que se respete nunca puede faltar a esta celebración, por lo que en las horas de la mañana llegaron dos buses repletos de desde la ciudad de la Eterna Primavera, Medellín, al igual que varios paisas entre ellos John Jairo Botero quien arribó con una silleta de flores a cuestas, en agradecimiento a la Virgen.

"Desde que unos amigos de Sincé me trajeron hasta este hermoso municipio a una fiesta de la Virgen del Socorro me volví devoto de esta virgencita poderosa que me ha protegido siempre. Por ello quiero demostrarle mi amor con esta silleta que la cargaré en todo el recorrido de la procesión como un acto de fe" señaló Botero.

Por la tarde se cumplió la procesión con la imagen de la Virgen del Socorro, en medio de una multitud que recorrió las calles, y en horas de la noche más de 10 mil personas se concentraron en el parque Simón Bolívar, donde en medio de vivas a la Virgen ondearon banderas y pañuelos.

domingo, 31 de julio de 2011

Síntesis cultural y política








Por LUIS MANUEL ESPINOSA
El famoso escritor costeño Ramiro De la Espriella decía alguna vez, que la Costa Caribe había logrado la síntesis cultural, mas no la síntesis política. Se refería naturalmente a lo que los historiadores llaman la identidad histórica o lo que es mejor, la madurez como pueblo. Sin embargo, algunos pensadores creen que cuando un pueblo alcanza cierta importancia política, esta se ha logrado a costa o en detrimento de su cultura. Nietzsche decía que el siglo de Pericles fue al apogeo político de Atenas, pero logrado cuando ya había dejado atrás la filosofía y las artes. Y es que generalmente ocurre, insiste el famoso filósofo alemán, que lo cultural casi nunca va de la mano de lo político. Si sobresale lo uno, decae lo otro.
La región caribe colombiana hubo de sobresalir políticamente, casi que por encima de las otras regiones del país, en la época de la Independencia, cuando una pléyade de destacadas personalidades condujo el proceso libertario de la Nueva Granada desde la heroica Cartagena. Este equipo humano, entre los que sobresalían Fernández de Madrid, Rodríguez Torices, García de Toledo, del partido aristocrático, así como los del partido popular, Muñoz Jaraba, Gutiérrez de Piñérez, José Prudencio Padilla y Pedro Romero, no solo proclamó la independencia absoluta de la Provincia de Cartagena con respecto de la corona de España, sino que apoyó a Bolívar en los inicios de la campaña libertadora. Con todo, ninguno de ellos se destacó como poeta, naturalista o científico, como sí ocurrió en Popayán o Bogotá, con el sabio Caldas, por ejemplo.
Naturalmente, puede que haya coincidencias en la aparición de fenómenos políticos y culturales, pero en verdad siempre será con preponderancia de uno de los dos sectores. El Renacimiento en Europa fue, más que un resurgimiento político, un resurgimiento de las artes. Si bien los Médicis ostentaban el poder político, se emplearon más como mecenas y patrocinadores de artistas y científicos que como políticos. El mismo Maquiavelo debe su aparición como politólogo a las bondades de estos príncipes del Renacimiento italiano. La incidencia y repercusión que tienen este tipo de procesos de índole cultural en la sociedad en general es precisamente lo que genera lo que De la Espriella acertadamente denomina síntesis política.
Cuando la Región Caribe consiga la conjunción de lo cultural y lo político, entonces producirá verdaderamente una revolución social. Pero para que esta clase de fenómenos se cumpla deberán agotarse antes algunas etapas, esencialmente la relacionada con lo identitario, ya que solo es posible reafirmar lo cultural sobre la base del autoreconocimiento y la autoestima; sin eso no es posible concebir un soporte institucional que le dé sentido organizacional a un pueblo. De ahí también que sin un bagaje cultural no sea posible señalar un destino cierto, puesto que el conocimiento de pasado es lo que permite avizorar el futuro.
La política no es solamente el arte de gobernar los pueblos, es igualmente un método para guiar los pueblos. No basta con atender y resolver la problemática que presenta una comunidad, sino que se requiere ser consecuente con su idiosincrasia. Tal es así, que muchas veces el ejercicio de lo político se aleja de los sentimientos y aspiraciones comunitarias. Tal vez sea esta la apreciación que hace el escritor costeño cuando deplora la falta de una síntesis política de la Región Caribe.

miércoles, 13 de julio de 2011

VIVIR PARA CONTARLA


"Mi hermano y yo fuimos matriculados en la escuela del maestro LUIS GABRIEL MEZA, donde nos sentimos más libres y mejor integrados a la comunidad. Tomamos en alquiler una casa enorme en la mejor esquina de la población, con dos pisos y un balcón corrido sobre la plaza, por cuyos dormitorios desolados cantaba toda la noche el fantasma invisible de un Alcaraván".

GABRIEL GARCIA MARQUEZ Y SU TIERRA ABUELA: Sincé

Casa Donde vivió el Nobel en el municipio de Sincé



(...) "Siempre he relacionado la guerra del Perú con la decadencia de Cataca, pues una vez proclamada la paz mi padre se extravió en un laberinto de incertidumbres que terminó por fin con el traslado de la familia a su pueblo natal de Sincé. Para Luis Enrique y yo, que lo acompañamos en su viaje de exploración, fue en realidad una nueva escuela de vida, con una cultura tan diferente de la nuestra que parecían ser de dos planetas distintos. Desde el día siguiente de la llegada nos llevaron a las huertas vecinas y allí aprendimos a montar en burro, a ordeñar vacas, a capar terneros, a armar trampas de codornices, a pescar con anzuelo y a entender por qué los perros se quedaban enganchados con sus hembras. Luis Enrique iba siempre muy por delante de mí en el descubrimiento del mundo que Mina nos mantuvo vedado, y del cual la abuela Argemira nos hablaba en Sincé sin la menor malicia. Tantos tíos y tías, tantos primos de colores distintos, tantos parientes de apellidos raros hablando en jergas tan diversas nos transmitían al principio más confusión que novedad, hasta que lo entendimos como otro modo de querer. El papá de papá, don Gabriel Martínez, que era un maestro de escuela legendario, nos recibió a Luis Enrique y a mí en su patio de árboles inmensos con los mangos más famosos de la población por su sabor y su tamaño. Los contaba uno por uno todos los días desde el primero de la cosecha anual y los arrancaba uno por uno con su propia mano en el momento de venderlos al precio fabuloso de un centavo cada uno. Al despedirnos, después de una charla amistosa sobre su memoria de buen maestro, arrancó un mango del árbol más frondoso y nos lo dio para los dos.

Papá nos había vendido aquel viaje como un paso importante en la integración familiar, pero desde la llegada nos dimos cuenta de que su propósito secreto era el de establecer una farmacia en la gran plaza principal. Mi hermano y yo fuimos matriculados en la escuela del maestro Luis Gabriel Mesa, donde nos sentimos más libres y mejor integrados a una nueva comunidad. Tomamos en alquiler una casa enorme en la mejor esquina de la población, con dos pisos y un balcón corrido sobre la plaza, por cuyos dormitorios desolados cantaba toda la noche el fantasma invisible de un alcaraván.".