(OVIDIO MARTÍNEZ HERAZO)
Un 24 de Junio de 1932 en el hogar de Víctor y Ana Felicia, nace en medio del céfiro orquestal sabanero, aquel niño que en la celsitud de su infancia colorearía magistralmente el celaje que vio crecer la casta de Chinché y que más tarde el San Jorge, el pequeño desierto en miniatura, el duendo cálido que abraza al comején playonero y al canto estuoso del alcaraván, se conmoverían con el canto del aedo criollo que perfumó la Sabana con su prosa enamorada.
Hablar de Severiche Vergara es hablar
del grácil poema de los hombres grandes que sueñan y hacen soñar, hablar de
Severiche Vergara, es adentrarse al paradisiaco y mágico mundo del verso, es
exarar en el fatum de cada hombre la realeza de su canto, es descubrir la
fantasía que lleva el mirlo en su trino, es aspirar el olor a sabana fresca, a
rio, a playón a hierba…. a ganado.
Que grande es Sincé, tierra de un
vientre fructífero que amamantó en su seno a Mejía Navarro, a Gamarra Romero, aIriarte Navarro, A Madera Castro, y a otros que al igual que Juan vieron
frutecer linajes inconmensurables que atravesaron fronteras llevando allende
creaciones que salían de las fuentes Hipocrena situadas en los entornos
ingénitos custodiados por ancestros que impregnaron sobre un pentagrama la
grandeza musical de nuestro pueblo.
Gracias Juan, gracias poeta, gracias
Maestro, gracias y mil gracias por perfumar la Sabana con tu canto, por
hacernos soñar y vibrar con cada una de tus creaciones las cuales vinieron a
ratificar tu grandeza y la grandeza de tu tierra que a pesar de su olvido y su
indiferencia tu la amas como a nadie.